Un pueblo milenario de la Ribeira Lima: la sacralización de su espacio parroquial

Resumen

Las parroquias portuguesas del Entre-Douro-e-Minho se estructuraron e individualizaron en los albores del segundo milenio. Por regla general tomaron a un santo como patrono y construyeron una iglesia que fue sagrada por el obispo o por una figura de la iglesia a su mando. La primera forma de sacralizar el territorio parroquial fue construir una iglesia con formato cruciforme, la segunda fue delimitar el espacio parroquial colocando cruces en penedos y marcos. De esta manera se impedía que los espíritus malignos viniesen a infernar la vida de los pobres campesinos y a vengar su adhesión a la fe cristiana con la difusión de plagas, tempestades, muerte de animales y destrucción de cosechas. Para aumentar la protección en el interior de la parroquia se construyeron también capillas, cruceros y almiñones. Se protegieron las puertas de las casas, de los molinos y los graneros con cruciformes y pinturas en blanco, símbolo de la pureza. Finalmente, tomaron la campana como símbolo de unión entre los feligreses y como voz capaz de disipar los males que viajan con la oscuridad de la noche.